Tres Cualidades Innatas
La maestra de meditación Pema Chödrön dice que en la meditación y en nuestras vidas diarias tenemos tres cualidades innatas que podemos nutrir y cultivar: la precisión, la suavidad y la capacidad de soltar.
El buda no enseñaba que las personas son pecadoras. Las enseñanzas budistas indican que hay un mal entendimiento inocente que todos comparten, y que se puede corregir. Es como si estuviéramos en una sala oscura, y alguien estuviera mostrándonos donde está el interruptor para poner la luz. El hecho de que estamos en una sala oscura no es un pecado. Es solamente una situación inocente. Pero qué suerte cuando alguien nos muestre el interruptor para poder ver los colores y los detalles de la vida.
En la misma manera, si podemos ver lo que llamamos nuestras limitaciones con claridad, precisión, y suavidad, podemos soltar los límites y abrirnos a un mundo más expansivo y fresco que hemos notado antes. La clave para abrir nuestras vidas cerradas es la capacidad de ver claramente quiénes somos y qué estamos haciendo.
El mal entendimiento que le atrapa a cada persona en su propio estilo de ignorancia es la creencia que no esté bien como es y que necesite evitar las cosas no placenteras para estar feliz.
Con la meditación, podemos reconocer honestamente nuestro enojo o resentimiento, sin juzgar a nosotros mismos ni actuar según esos sentimientos. Podemos notar, con una actitud suave, los cuentos habituales asociados con cada emoción. Después de enfrentar nuestros patrones, como amigos muy conocidos, tenemos la libertad para soltar esos pensamientos y emociones.
La precisión es uno de tres aspectos importantes de la meditación vipassana.
Nos sentemos con una postura recta y no rígida. Tratamos de seguir con precisión el flujo de cada respiración, sin controlar ni manipular la respiración natural. Intentamos sentir la cualidad de la respiración cuando está saliendo (y cuando está regresando). Esa atención plena lleva claridad y estabilidad a la mente.
Cada vez cuando te das cuenta de que estás pensando, puedes notar en silencio a ti mismo, “pensando.” La etiqueta “pensando” es una notación precisa y reconoce solamente lo que está pasando y nada más. [Observa tu tendencia de añadir los juicios sobre el hecho de que estás pensando.
No estamos tratando de parar los pensamientos; solamente intentamos desarrollar nuestra conciencia para observar cuando estamos pensando.]
La suavidad es otro aspecto central de la técnica de vipassana.
Si hay demasiado énfasis sobre la precisión, la meditación puede ponerse militante y dura, con la meta fijada de llevar 100% de la atención a la respiración. Pero esta técnica no es solamente para desarrollar la concentración. Llevamos 25% de nuestra atención a la respiración, y la otra parte de nuestra conciencia está notando los sonidos, las imágenes, las sensaciones corporales, los pensamientos y las emociones que surgen, cambian y salen durante la meditación.
Nota la respiración con una atención tierna. Tócala suavemente y suéltala. La respiración es elusiva y espaciosa como el aire. El objeto de la meditación, la respiración, es como una brisa suave. Trata de estar plenamente presente y despierto durante el proceso de las ondas y los movimientos de la vida.
El maestro Trungpa Rinpoche dijo, “Observa tu tono de voz cuando estás notando “pensando.” Tienes la actitud de “Qué tonto estoy con tantos pensamientos”? La única cosa que está ocurriendo es que estás despierto y notando tu proceso de pensar. Felicidades por darte cuenta de que la mente siempre está engendrando los pensamientos! La meditación no es un proceso de auto-crítica, sino de reconocer lo que es con precisión y suavidad, observando el proceso de pensar como realmente es. Nota los pensamientos muy ligeramente, como si la etiqueta “pensando” fuera una pluma tocando una burbuja.
En general, tratamos de cultivar una sensación de relajación durante la meditación. Con conciencia, se puede relajar el vientre apretado o el cuello y los hombros tensos. Si la mente está tensa, relájala. Si para ti es difícil relajarte, practica eso gradualmente, con paciencia.
El proceso de soltar es el tercer aspecto esencial de la técnica de la meditación vipassana. Podemos re-descubrir la capacidad innata que tenemos para abrirnos más allá que nuestra mente pequeña y egoísta. Podemos soltar cualquier tipo de fijación o punto de vista limitado.
Cuando practicamos con las herramientas de la precisión y la suavidad, espontáneamente desarrollamos la capacidad de soltar lo que nos limita.
Si estás perdido en una fantasía o en un recuerdo, y de repente te das cuenta de que estás pensando, automáticamente regresas a la realidad del momento presente. Cuando notas, “pensando,” estás soltando esos pensamientos. No estás reprimiendo nada, sino estás reconociendo, en una manera clara y suave, lo que está pasando, y estás dejándolo ir.
Es una herramienta increíble, la capacidad de soltar los pensamientos y nuestra identificación con ellos. Solamente por reconocer a nosotros mismos que estamos “pensando,” podemos dejar nuestras obsesiones con los temores, las dudas, los deseos, las aversiones, y los juicios. Sin críticas, podemos liberarnos de las preocupaciones sobre el pasado o el futuro, de las pasiones, y de los pensamientos depresivos o enojados.
La condición humana implica tanto el bienestar como el sufrimiento. Es lo que podemos ver cuando meditamos.
La energía básica de la vida—la fuerza vital—corre por toda la existencia. Se puede sentir esa energía como algo abierto, libre, y lleno de posibilidades o como algo atrapado y limitado. La energía se manifiesta a veces como el brillo y a veces como la confusión.
Con la práctica de la meditación conocemos bien esa energía básica en todos sus aspectos. Aprendemos como enfrentar con honestidad lo que existe en nuestros cuerpos y mentes.
La meditación no es teísta (theistic). No tiene que ver con tu creencia o tu falta de creencia en Dios. Nadie excepto tu mismo puede decirte lo que vas a escoger para tu vida. Con práctica, cada persona empieza a entender lo que es su curación y lo que es su veneno. Algunas personas pueden tomar varias tazas de café y se sienten despiertas y felices; otras personas toma solamente un trago de café y se sienten nerviosas. Cada cosa que ingerimos nos afecta en maneras diferentes.
En la meditación puedes observar lo que te despierta y lo que te da sueño, lo que te abre al mundo, y lo que te cierre en un ciclo del padecimiento repetitivo. Cuando notamos la totalidad de nuestra experiencia, y no solamente las partes que nos gustan, podemos escoger con sabiduría lo que va a ayudarnos a crecer en una manera sana.