La Bondad
Pema Chödrön es una maestra de meditación en Gampo Abbey, un monasterio budista, fundado en 1983 por el monje Tibetano Chögyam Rimpoche, para la gente del Oeste. El monasterio está en la isla de Cabo Bretón, Nueva Scotia.
En su libro con el título “La Sabiduría de No-Escape” (Boston: Shambhala, 1991), Pema habla sobre el hecho de que los seres humanos han malentendido que si se intenta evitar el dolor y buscar la comodidad, de esa manera se va a vivir mejor. Los insectos y los pájaros viven así, siempre tratando de escaparse de las situaciones dolorosas para mantener su confort y seguridad.
Pero una orientación más interesante y bondadosa hacia la vida ocurre cuando desarrollamos nuestra curiosidad, sin dejar que nos afecte si el objeto de nuestra curiosidad es dulce o agrio. Cómo podemos vivir más allá de los prejuicios y los intentos de controlar todo a nuestra manera, para tener una vida más apasionada y plena? Necesitamos darnos cuenta de que podemos tolerar mucho dolor y placer para entender quienes somos y como funciona el mundo.
Si buscamos solamente el confort, cuando encontramos un poco de dolor, siempre vamos a correr y escapar de la plenitud de la vida. Y nunca vamos a saber lo que hay atrás de las barreras o los muros que nos dan miedo.
Normalmente cuando una persona empieza a meditar o practicar una disciplina espiritual, piensa que va a “mejorarse,” pero es una forma de auto-agresión sutil, como si no estuviera bien como realmente es. Piensa “Con la meditación, voy a desarrollar más tranquilidad, y voy a ser una mejor persona” o “Si no tuviera una mente tan activa, mi meditación sería excelente.”
Pero la bondad (metta o maitri) hacia nosotros mismos no significa deshacerse de nada. Con una actitud bondadosa podemos tener aspectos locos o enojados o celosos o miedosos. El punto de la meditación no es cambiarnos o transformarnos sino ofrecer amistad a quienes somos ahora. En la práctica se puede llevar una actitud de curiosidad sobre lo que está pasando en nosotros, exactamente como estamos en este momento.
En la meditación no tratamos de quitar el “yo” (ego) sino investigar a nosotros mismos con interés. Estamos aquí para estudiarnos y entendernos ahora, no esperando hasta que lleguemos a la perfección. Cuando meditamos, descubrimos que continuamente huimos del momento presente y evitamos estar aquí exactamente como somos. Si podemos reconocerlo, esta tendencia no es un problema.
Cómo podemos observarnos a nosotros de una manera suave, precisa y abierta? Puedes llevar una actitud de bondad hacia ti mismo? Puedes ver claramente, sin miedo, lo que hay adentro de ti, usando la precisión de un científico mirando en un microscopio? Puedes abrirte a la realidad de cada momento? Eso es nuestra práctica.
La meditación es como ver a nosotros mismos en un video. Frecuentemente nuestra primera reacción es “YUCK!” Podemos ver que hacemos todas las cosas que juzgamos y criticamos en la gente que no nos gusta. Cuando ofrecemos amistad a nosotros mismos, ofrecemos amistad a otra gente también. Cuando tenemos honestidad y bondad y claridad acerca de nosotros mismos, podemos sentir la bondad, sin obstáculos, hacia otras personas.
LA SATISFACCION
Cuando haces las actividades simples como caminar, hablar, bañarte y comer, tienes todas las herramientas que necesitas para sentirte despierto, vivo y plenamente humano.
Este cuerpo (que quizás te duele en este momento), esta mente (con todos sus distracciones, dudas, y juicios) y estas emociones (negativas y positivas que tienes ahora) son exactamente lo que necesitas para vivir de una manera buena, satisfactoria, energética e inspirada.
Cuando nos podemos sentir satisfechos con lo que ya tenemos, encontramos la clave para una vida despierta y plena.
Uno de los impedimentos más fuertes que te previene alcanzar la liberación es el resentimiento acerca de quien eres o donde estás o lo que tienes.
La meditación es un proceso de tornarse más alegre, de confiar en la bondad básica adentro de cada persona. Aprendemos que nuestra sabiduría está entrelazado con lo que llamamos nuestra neurosis.
Nuestro brillo, nuestro “jugosidad,” nuestro sabor picante, todos están mezclados con nuestra locura y nuestra confusión. No vale la pena intentar deshacernos de nuestros aspectos que consideramos negativos porque en este proceso nos deshacemos de nuestras virtudes básicas.
Lo que haces en la meditación es explorar la humanidad y toda la creación en la forma particular de ti mismo. Nos ponemos expertos sobre el enojo, los celos, la auto-critica y sobre el gozo, la claridad y el insight.
Todo el espectro humano de emociones nosotros lo sentimos cuando meditamos. Podemos ponernos muy sabios y sensibles hacia toda la humanidad y el universo entero simplemente por conocernos, justo como somos.
La base de una actitud bondadosa (metta o maitri) es el sentido de satisfacción acerca de quiénes somos y de qué tenemos.
El sendero es un sentido de maravilla, con preguntas sobre todo, como un niño de dos o tres años.
Nos damos cuenta de nuestra conexión con toda la humanidad, con la cual compartimos lo que cada persona tiene y es. Nuestro viaje para ofrecer amistad a nosotros mismos no es un proceso egoísta. Es un proceso de desarrollar la bondad y un entendimiento verdadero para los demás.